Vaticano:Los fieles de "la nueva Iglesia" y la pasión, según Francisco
Mundo , Temas 13:40
17 de Marzo de 2013 13:40
Los testimonios recogidos con medio centenar de personas que vinieron desde diferentes lugares del mundo, demuestran que la ilusión y la pasión que movilizó a estas personas es la necesidad de cambios "para una Iglesia que los necesita imperiosamente", como explicó Laura, una paraguaya que vino desde Asunción portando dos banderas: la argentina y la de su país.
La multitud que se congregó esta mañana en el epicentro de la Ciudad del Vaticano estaba conformada por tres generaciones: las personas mayores de 50 años, que ya han visto a varios papas, cada uno con su impronta; los de entre 30 y 50, quienes ven en Francisco al hombre que puede hacer retornar a miles de fieles a la Iglesia; y los más jóvenes, menores de 30 años, que solo conocieron a dos papas: un avejentado Juan Pablo II y a un Benedicto XVI que poco hizo para acercarlos a la fe.
Todos ellos esperan que el sumo pontífice impulse "cambios", aunque cada uno lo expresa a su manera: mientras que los fieles de mayor edad destacan sus posturas de austeridad, los más jóvenes piden que el papa argentino "modifique las estructuras", como piden Gabriel y Cecilia, dos porteños que se encontraban de paseo por Europa y no dudaron en viajar a Roma cuando se conoció la votación de los cardenales en favor de Jorge Mario Bergoglio.
"Puede ser el primer papa de la nueva Iglesia", coincidieron estos fieles, expresando el sentir mayoritario de los fieles que se congregaron masivamente en la Plaza San Pedro en la fría mañana del domingo romano.
"Es un papa distinto, por lo menos eso es lo que se ve en estos primeros días", dijeron a este cronista Carlos y Magui, una pareja de treinta y pico que viajó desde Valencia junto a sus dos pequeños hijos, aunque aclaran: "no es que los anteriores fueran malos, pero bueno, estaban un poco lejos de nuestra generación".
A medida que uno dialogaba con los entrevistados de mayor edad, menguaba un poco la exigencia en la profundidad de los cambios, y las señoras de cincuenta que caminaban entre la multitud confesaban que esperaban que el papa "siga así y no cambie", según las palabras de Alejandra, una rosarina emocionada que advirtió: "si nos sorprendemos por las actitudes que tiene este papa, es porque evidentemente hay algunos valores que se perdieron, y no hablo solo de lo material".
Diferente era la visión de Paula, una joven de 19 años nacida en Villa Urquiza pero criada en Roma, donde vive desde hace doce años con sus padres, para quien "no importa de donde venga el papa, lo importante es su impronta y que por fin lleguen a la Iglesia los cambios que hacen falta".
Paradójicamente, quienes tienen una imagen difusa de lo que es un papa, por haber conocido como tales a un hombre muy mayor que casi no podía sostenerse en pie, y a otro, que hablaba solo en latín y usaba zapatos Prada, son aquellos que parecen tener más claro como debería ser el reinado de Francisco, el sumo pontífice de esta generación.
Distintas generaciones de fieles católicos, cada una con sus expectativas, colmaron esta mañana la Plaza San Pedro para presenciar el primer Angelus que dio el Papa Francisco, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico.
No duró dos horas y media sino apenas veinte minutos el tradicional rezo que recuerda la anunciación y encarnación de Jesús en el vientre de María, justo en el último domingo de la cuaresma, antes de comenzar con la celebración de la Pascua la semana que viene, cuando sea Domingo de Ramos.
Ese tiempo le alcanzó al Papa Francisco para ratificar, en su primer contacto masivo con la gente luego de las palabras que pronunciara en la Basílica de San Pedro cuando se anunció su elección como sumo pontífice, la expectativa que ha despertado entre los fieles de la Iglesia Católica de todo el mundo.
Cada uno a su manera, y desde diferentes perspectivas entre los cientos de miles de peregrinos que se acercaron esta mañana a la Plaza San Pedro del Vaticano, depositan en este Papa una serie de deseos como quizá nunca antes en la historia moderna de Iglesia, que hoy está atravesando uno de los período de mayores cuestionamientos desde su creación.
Cada uno a su manera, y desde diferentes perspectivas entre los cientos de miles de peregrinos que se acercaron esta mañana a la Plaza San Pedro del Vaticano, depositan en este Papa una serie de deseos como quizá nunca antes en la historia moderna de Iglesia, que hoy está atravesando uno de los período de mayores cuestionamientos desde su creación.
Los testimonios recogidos con medio centenar de personas que vinieron desde diferentes lugares del mundo, demuestran que la ilusión y la pasión que movilizó a estas personas es la necesidad de cambios "para una Iglesia que los necesita imperiosamente", como explicó Laura, una paraguaya que vino desde Asunción portando dos banderas: la argentina y la de su país.
La multitud que se congregó esta mañana en el epicentro de la Ciudad del Vaticano estaba conformada por tres generaciones: las personas mayores de 50 años, que ya han visto a varios papas, cada uno con su impronta; los de entre 30 y 50, quienes ven en Francisco al hombre que puede hacer retornar a miles de fieles a la Iglesia; y los más jóvenes, menores de 30 años, que solo conocieron a dos papas: un avejentado Juan Pablo II y a un Benedicto XVI que poco hizo para acercarlos a la fe.
Todos ellos esperan que el sumo pontífice impulse "cambios", aunque cada uno lo expresa a su manera: mientras que los fieles de mayor edad destacan sus posturas de austeridad, los más jóvenes piden que el papa argentino "modifique las estructuras", como piden Gabriel y Cecilia, dos porteños que se encontraban de paseo por Europa y no dudaron en viajar a Roma cuando se conoció la votación de los cardenales en favor de Jorge Mario Bergoglio.
"Puede ser el primer papa de la nueva Iglesia", coincidieron estos fieles, expresando el sentir mayoritario de los fieles que se congregaron masivamente en la Plaza San Pedro en la fría mañana del domingo romano.
"Es un papa distinto, por lo menos eso es lo que se ve en estos primeros días", dijeron a este cronista Carlos y Magui, una pareja de treinta y pico que viajó desde Valencia junto a sus dos pequeños hijos, aunque aclaran: "no es que los anteriores fueran malos, pero bueno, estaban un poco lejos de nuestra generación".
A medida que uno dialogaba con los entrevistados de mayor edad, menguaba un poco la exigencia en la profundidad de los cambios, y las señoras de cincuenta que caminaban entre la multitud confesaban que esperaban que el papa "siga así y no cambie", según las palabras de Alejandra, una rosarina emocionada que advirtió: "si nos sorprendemos por las actitudes que tiene este papa, es porque evidentemente hay algunos valores que se perdieron, y no hablo solo de lo material".
Diferente era la visión de Paula, una joven de 19 años nacida en Villa Urquiza pero criada en Roma, donde vive desde hace doce años con sus padres, para quien "no importa de donde venga el papa, lo importante es su impronta y que por fin lleguen a la Iglesia los cambios que hacen falta".
Paradójicamente, quienes tienen una imagen difusa de lo que es un papa, por haber conocido como tales a un hombre muy mayor que casi no podía sostenerse en pie, y a otro, que hablaba solo en latín y usaba zapatos Prada, son aquellos que parecen tener más claro como debería ser el reinado de Francisco, el sumo pontífice de esta generación.
Fuente: Télam
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